miércoles, 3 de septiembre de 2008

Déjame escapar...

A veces una simple mirada basta para aprisionar un alma toda la vida. Con una mirada yo sentí que la inmensidad de tu gran personalidad me llenaba por completo y era como un rayo de sol dentro de mí. Y es buena la comparación ya que no es eso en lo único en que eres como un rayo de sol; sin ti la vida no sería posible pero si calientas demasiado puedes llegar a matarme, sólo que tú desde dentro, y ya me estoy empezando a consumir.
Sólo unos Kilómetros deciden que mi vida no sea igual que antes. Sólo unos kilómetros me separan de ti.
En mis sueños todo es diferente. No, no sueño con que estamos juntos y felices, que todo es precioso, como un cuento. Sueño que estás aquí, que pasas los días conmigo y con los demás de la pandilla, con que te diviertes, sonríes, hablamos... nada especial, pero que para mí sí que sería importante.

Hablando de ti me cuesta expresarme, comienzo a complicar mis propios pensamientos y ya no sé que decir.

Atada a la nostalgia, presa de las ganas de verte, soñando con un sueño.